El embudo de conversión o funnel es como en marketing se denomina a la representación gráfica de las diferentes fases por las que un objetivo pasa hasta que se convierte en realidad. Este término se utiliza en varias disciplinas del marketing, las ventas, la comunicación o el social media.
Fases del funnel de conversión
El embudo se llama de conversión porque las personas o filtros que pasan por él sufren una conversión necesaria para ocupar cada fase. Las personas o filtros en la consecución de una meta que inician el proceso para pasar por las diferentes fases, no son las mismas que acaban por finalizarlo.
- Top of the funnel: Es la parte superior del embudo. La parte más ancha. Es la fase más alejada del objetivo final.
- Middle of the funnel: Es la parte media del embudo. Una zona en la que se empiezan a perder personas o filtros. Es cuando, por ejemplo, las personas se encuentran a medio camino del proceso de compra.
- Bottom of the funnel: Es la parte denominada «culo de vaso», la fase final del embudo.
Asimismo, el funnel de conversión consta de cuatro etapas que se ubican según el lugar en el que se encuentra un usuario en el proceso de conversión.
- Atracción:Representa todos los usuarios que llegan al sitio web.
- Interacción:Son todos los usuarios que generan algún tipo de contacto con el sitio web, a estos se les conoce como leads y representan a un usuario mas compenetrado con el contenido, lo cual resulta como una mayor oportunidad de conversión.
- Decisión:Representa la etapa en la que los usuarios toman en consideración el llamado al acción para proceder a la conversión.
- Conversión:Es la etapa final del funnel y representa a los usuarios que generaron una acción cumpliendo con uno de los objetivos estratégicos del proceso.
De igual manera, se puede hablar de una quinta etapa como lo es la fidelización la cual consiste en generar una serie de acciones que motiven al usuario a retomar un proceso de conversión.
Consejos para realizar un funnel de conversión
- Tener muy claros los objetivos finales a conseguir, así como los intermedios.
- Definir los objetivos de forma “SMART“: es decir, que sean específicos medibles alcanzables, realistas, y temporalizables.
- Escoger cuáles seran los KPI’s, es decir, los indicadores fundamentales que deberemos analizar.
- Hemos de saber definir bien cuántas fases tiene el proceso a analizar, y cuáles son, y ordenarlas de una forma consecutiva.
- Analizar los resultados, extraer conclusiones, y realizar las correcciones necesarias para optimizar el proceso y sus resultados.
El modelo del embudo de conversión, pese a ser antiguo, se ha popularizado mucho en los últimos tiempos con el auge del marketing digital, gracias a que nos permite medirlo casi todo con datos para después analizar la corrección de los procesos establecidos y corregirlos si es necesario. Los procesos que pueden analizarse mediante un “embudo de conversión” pueden ser muchos y variados.